¿Te gustaría tener en tu propia casa, en tu baño, un spa? Ahora es posible ya que, con una mínima inversión, podrás hacerlo muy fácilmente (de hecho no debes pensar que te vas a gastar mucho, al contrario, si lo tienes todo, seguro que es fácil de conseguir adaptarlo al presupuesto que tengas).
De baño a spa
Un spa es un lugar de tranquilidad donde poder estar y pasar allí un tiempo sin que nada, ni nadie, te moleste.
Es por ello que se ha de caracterizar por:
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Unos colores suaves, no demasiado fuertes o que inciten a la energía. Prueba con tonalidades azules, colores arena, verdes, etc. que evocarán la serenidad. Puedes mezclarlos incluso pero sin pasarte porque hay que pensar siempre en la sencillez.
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Controlar las medidas de tu baño. Es obvio que, si tienes un baño pequeño, no puedes colocar muchas cosas dentro, ya que has de buscar el minimalismo en este caso con los accesorios imprescindibles y poco más. Podrás poner una cosa y otra en base a tu presupuesto, con lo que, ya por ahí, te limitas más.
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Busca objetos que sirvan para actualizar el baño por spa. Por ejemplo, una cortina nueva para la bañera, o mamparas, o una ducha, en caso de que no haya mucho espacio.
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Coloca algunas plantas. Las más habituales son las cañas de bambú que siempre le van a dar un toque más natural a todo el lugar.
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Una alfombra, muebles de madera y espejo. Estos tres elementos pueden determinar la conversión para un spa ya que le dará otro aire a tu baño y conseguirá que se vea diferente. Si a eso le unes sales minerales cuando te bañes o que, cuando entres al baño, quemes algún tipo de incienso de flores o una fragancia que incite la tranquilidad, hará que quieras pasarte todo el tiempo en tu baño-spa.