Dentro de unos meses comenzarán las bajas temperaturas que harán que se ponga en marcha la calefacción en muchos hogares. Sin embargo, la utilización de ello generará un gasto. ¿Sabes que puedes ahorrar con unos sencillos consejos?
La calefacción de un hogar cuando le falta mantenimiento, puede hacer perder dinero (hablamos de un 10% más en la factura energética como mínimo) mientras que, con ese mantenimiento, no sólo se ahorra, sino que también la esperanza de uso de la caldera será mayor y permitirá conservarla por más tiempo.
Mantenimiento de la caldera
Para realizar un buen mantenimiento y reducir el gasto que supone tener calefacción, ten en cuenta:
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Comprobar que la caldera esté bien conectada. Es imprescindible antes de encenderla y de que se vaya a usar por varias horas, asegurarte de que todas las conexiones están bien, que no tiene nada en mal estado. Esto lo puedes hacer tú mismo o bien llamar a un profesional que ponga a punto la caldera para la estación que viene.
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Cuidar la presión de la caldera. Una presión correcta, salvo excepciones, suele ser entre 1,2 y 1,5 bares como máximo. En todas las calderas vas a encontrarte con este indicador y has de comprobar que tu caldera se mueva en esos parámetros para, en caso contrario, corregirlo.
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Fijar una temperatura de confort. No es adecuado que la casa esté a muchos grados. Para ayudarte, si no estás en casa es bueno que se mantenga a unos 18 grados mientras que, cuando estés, no debería rebasar los 23-24ºC.
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Mantener la caldera encendida todo el tiempo. Sí, aunque te pueda parecer que así se va a gastar más está comprobado que se optimiza el gasto porque se evita el tener que alcanzar la temperatura de confort que le has puesto (sobre todo si la casa es muy fría y tarda tiempo en conseguir llegar a ella).
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Comprobar los radiadores. Esto has de hacerlo antes de que empiece a funcionar la calefacción y al menos una vez al mes para eliminar aire acumulado o revisar que no tiran agua los mismos. En caso de que haya problemas con alguno, lo mejor es llamar a un técnico que pueda repararlo sin ocasionar mucho trastorno.